Cuando amas a alguien y lo pierdes sientes que el tiempo se detiene, en la soledad que oculta tus tristezas te refugias, pero al observar a través de la ventana te das cuenta que no es así, la hierva sigue creciendo en el jardín que abandonaste por todo cuanto te recordaba, la brisa sopla con vivacidad dándole vida al mundo que abandonaste y las personas continúan su vida como si nada hubiera pasado, recordándote que el tiempo no se detiene, ¿pero que sucede si tu no deseas que así sea? ¿Si quieres que el tiempo se detenga y así dejar de sufrir? Y… ¿Qué harías si has encontrado una solución, aunque no la más aceptada para la sociedad?
La blanca baldosa del cuarto de baño ya no existe y por el lavado se desliza un líquido rojo y espeso, la fuente de la sangre se mantiene de pie frete a este hasta que su cuerpo empieza a perder fuerza. Se dirige torpemente hacia la bañera y se introduce en ella, eleva la vista al techo y recuerda todo lo que perdió, su mirada se hace vidriosa a causa de la pérdida de aquel líquido vital, y cierra los ojos esperanto la llegada de la muerte con la pérdida de la última gota de sangre.
El lugar era totalmente blanco y la camisa de fuerza le impedía la movilidad, pero eso carecía de importancia para ella pues ya no hacia parte de la realidad. Despierta de su letargo a causa de un ligero rose en su mejilla, dirige su mirada triste y vacía hacia la persona frete a ella.
-si me hubieras elegido a mi nada de esto estaría pasando-la miro con una enferma mirada llena de cariño, satisfacción y lastima- tus hijos serian míos y todos incluyendo a ese bastado estarían con vida.
La mujer al escuchar su palabras comenzó a gritar con desesperación, su intento de hallar el descanso había fallado y ahora se hallaba recluida en ese blanco lugar.
El hombre ante la fuerte reacción de la mujer se levanto alejándose de ella con una sonrisa en los labios, le dio la espalda y se dirigió a la salida, donde lo esperaba un enfermero, se detuvo frente a este y extendió un fajo de billetes.
-buen trabajo-dijo antes de continuar con su camino, mientras la puerta que encerraba un alma llena de desesperación era cerrada.
Jesania